Él disfruta haciendo extraños experimentos y no soporta que le lleven la contraria. Por esa razón todos apartamos los vasos de la mesa para seguirle el juego. Coloca en el centro una botella abierta y llena de vino. Después, con gesto de trueno acciona la yesca del mechero y enciende la mecha. La acerca lentamente a la boca de la botella. Con cuidado. Y, justo en ese momento, cuando todos mantenemos la atención en el lento trayecto de sus manos, entra de golpe su mujer en la taberna. Lleva en sus manos la escopeta con la que él sale de caza todos los domingos y el cuerpo preñado dentro de un vestido de flores. De los ojos de él se dispara una cuerda que, al atravesar la llama del mechero, sale ardiendo hasta los ojos de ella. Todos salimos proyectados hacia atrás. La pareja sostiene un equilibrio eterno que dura un segundo hasta que la mujer acciona el gatillo justo al lado de su vientre, para que él, el que está dentro, lo escuche bien cerca. Saltan por todos lados pedazos de vidrio, una flor asesina de líquido rojo. Lo de después será el otro agonizando en el suelo. Ella que volverá sobre sus pasos para salir de la taberna. Montarse en un coche negro donde la espera el padre de él. E irse.
Qué escena!!! Lo de la cuerda desde los ojos de él y los movimientos de la escena (o las paradas) me han gustado muchísimo.
ResponderEliminarFeliz día del padre (o del hijo)
Abrazos
Gracias por la parte de hijo que me toca, Anita. Abrazos.
EliminarAlberto, qué descripciones, me encantan!! Hay un párrafo que me parece sublime "...el cuerpo preñado dentro de un vestido de flores. De los ojos de él se dispara una cuerda que, al atravesar la llama del mechero, sale ardiendo hasta los ojos de ella"
ResponderEliminarBravo, da gusto volver a leerte.
Besos
Me alegro que te guste, Maite. Un abrazo fuerte.
EliminarDescribes tan ricamente la escena que nos haces adentrarnos en ella como si estuviéramos allí.
ResponderEliminarQué gusto volver a leerte. No sé en qué momento me di cuenta de que tu otro blog ya no existía, y pensé que ya no estabas por la blogosfera. Pero por suerte te he vuelto a encontrar.
Un abrazo.
Desde que perdí el otro blog me he quedado un poco descolgado, es cierto. En cualquier caso espero irme recuperando. Bienvenida de nuevo, Sara. Abrazos.
EliminarAlberto, este es un micro de antología.
ResponderEliminarGoza de muchas de las virtudes del género. El péndulo narrativo tiene el ritmo ajustado, el lenguaje esta elegido con precisión de relojero, y la tensión sostiene el fuelle argumental que retiene al lector pegado al texto.
Un abrazo colmado de admiración por este trabajo.
Te agradezco profundamente tus palabras, Pedro. Sobre todo viniendo de ti porque la admiración es mutua. Un abrazo.
ResponderEliminarHola alberto he estado eyendo tu blog y tus narraciones son geniales, hemos montado una humilde comunidad literaria, enfocada hacia taller, donde podrías dar tus valiosas opiniones y a yudar a mejorar, o simplemente compartir tus textos.
ResponderEliminarwww.lafraguadelasletras.ning.com
Te invita Natacha.
Ojalá nos honres con tu presencia.
Un saludo cordial.