viernes, 17 de mayo de 2013

A un Jardín de rosas, de Paul Klee.



No son las cosas,
son los espacios lo que las líneas marcan
cuando alumbra la luz.

Ni el tejado ni la rosa
ni la ausencia que dejan
los transeúntes del jardín.
Nada de eso importa ahora,
sólo el espacio
donde la mirada se posa y busca
el sabor metálico de lo extraño
en el que ésta encuentra
su único reconocimiento.

Así son las palabras, perfiles
de un espacio que apenas entendemos.

1 comentario:

  1. Preguntarse, preguntarse.
    Y si cupieran más cosas en los espacios...
    Abrazo
    Gabriel

    (Hoy yo también me he salido del micro)

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