domingo, 28 de abril de 2013

Despedidas semanales

Como cada domingo, ella se despide de mí para siempre. Vuelve furiosa de misa, mete en una bolsa todo lo que encuentra en el frigorífico junto a un par de bragas y me dispara a los ojos con el spray antivioladores. No quiero volver a verte, me grita. Yo, que de lunes a sábado soy muy bueno, cierro el diario, recojo unas acelgas que se le han caído junto a la puerta y me acuesto en el filo del colchón como una gallina vieja. Mañana será otro día.